
INGREDIENTES: (30 rosquillas)
3 huevos,
3 cáscaras de aceite,
1/2 cáscara de anís,
3 cáscaras de azúcar,
1/2 cáscara de naranja,
1/2 cáscara de limón,
1/2 cucharada de canela,
1/2 cucharada de matalauva o anís en grano,
1 sobre de levadura Royal y harina (la que admita, alrededor de 1 kilo).
ELABORACIÓN:
En una sartén freímos las cáscaras de la naranja y del limón en el aceite durante unos minutos. Dejamos enfriar y tiramos las cáscaras. En un mortero machacamos los granos de anís o matalauva.
En un bol grande echamos todos los ingredientes, y removemos. Agregamos el aceite y removemos con la cuchara de madera. Mientras vamos amasando con las manos, vamos añadiendo harina. Seguimos amasando y añadiendo la harina poco a poco, hasta que tenga una consistencia en la que la masa no se nos pegue a las manos, similar a la de las galletas. Hacemos una bola y la sacamos del bol.
Empezamos a formar las rosquillas, cogemos trozos de masa y con la palmas de las manos formamos unos churritos de un grosor como de 1’5 cm, un poco más de un dedo. Cerramos los dos bordes, apretando bien para que no se abran al freír. Haremos igual con toda la masa. Dejaremos reposar las rosquillas formadas unos 10 minutos.
Calentamos abundante aceite en un recipiente hondo, o en la freidora si la tenemos. Vamos echando las rosquillas en el aceite en pequeñas cantidades para que no baje la temperatura mucho. Las dejamos freír por un lado, le damos la vuelta y freímos por el otro.
Cuando estén hechas las sacamos del aceite y las depositamos en papel de cocina. Estando aún calientes, las espolvoreamos con azúcar glasé, que queden bien impregnadas.